martes, 25 de febrero de 2025

¿Es posible amar a alguien que nunca nos ha visto realmente?

Cuando el amor puede ser obsesivo



Carta de una desconocida, es una obra corta y emotiva, publicada en 1922, donde el autor Stefan Zweig explora la psicología humana y los matices del amor. La novela relata, a través de una carta póstuma, la vida de una mujer anónima que ha amado en secreto y obsesivamente a un famoso escritor durante toda su vida.

El amor obsesivo y la idealización romántica han sido explorados en la literatura y el psicoanálisis. Esta obra es un ejemplo de estas dinámicas, al narrar la vida de una mujer que consagra su existencia a un amor no correspondido. La protagonista, desde su adolescencia, idealiza a un hombre al punto de subordinar su identidad y deseos a una relación unilateral. A través de las teorías de Freud y Lacán, así como las relecturas contemporáneas de Gustavo Adolfo Navarro en Amor: De la ilusión al estrago, se examinará cómo la idealización en la adolescencia puede generar dependencia emocional y un sufrimiento psíquico, la relación entre el amante y el amado, la erotización de la desigualdad y la subordinación afectiva, siendo un recurso principal la narrativa de Zweig y las teorías psicoanalíticas. A partir de estas perspectivas, se reflexionará sobre los efectos que una relación asimétrica puede tener en la psique de un sujeto.

 

El amante y el amado: Una relación de asimetría y dependencia

 

El tema que Zweig plantea en la novela, es un ejemplo perfecto de las dinámicas del amor, como la idealización, dependencia emocional y sufrimiento. La protagonista encarna el amante que da sin recibir, que deposita su falta en el otro y que, al no ser correspondida, se consume en su propio deseo. Desde el psicoanálisis, se puede explicar que el amor podría ser tanto fuente de placer como de destrucción, especialmente cuando la ilusión y el deseo no encuentran respuesta en la realidad y cómo esta estructura se repite en muchas relaciones amorosas, evidenciando la compleja interacción entre el deseo, la falta y el poder en el amor.

Navarro (2018) en Amor: de la ilusión al estrago, desarrolla la relación entre el amante (Erastés) y el amando (Eromenós), retomando la tradición del Banquete de Platón. En este vínculo, el amante que se encuentra completamente entregado al amado, centrado en él su economía libidinal y emocional, mientras que el amado ocupa una posición de privilegio, alimentando su propio narcisismo a partir de la admiración del amante​, quien proyecta un valor absoluto en el amado, considerándolo un ser sublime y único. Mientras que el amante experimenta un "vaciamiento de sí mismo" en favor del otro, lo que lo lleva a una dependencia extrema. En palabras del autor: "El amante es quien se encuentra perdidamente enamorado del amado, toda su economía libidinal gira en torno a este y no escatima concesiones y sacrificios en nombre de este amor, lo cual lo transforma en una persona dependiente de este otro"​. " (p. 35).

En la novela, la protagonista encarna esta figura, dedicando su vida entera al escritor sin recibir reconocimiento ni reciprocidad. Ella misma lo expresa en su carta: "He vivido solo para ti, sin que nunca me reconocieras" (Zweig, 1922).

Lacan plantea que "amar es dar lo que no se tiene" (Lacan, 1966), lo que implica que el amante deposita en el amado una falta que lo define. En este sentido, la protagonista de Zweig entrega su identidad y su existencia en un amor unilateral que la consume.

Mientras el amante se anula, el amado se fortalece. Navarro (2018) señala: "El amado ocupa un lugar de privilegio, se encuentra fortalecido por toda la idealización brindada por su amante, es estimado en demasía, lo cual no hace otra cosa que engrosar su narcisismo"​. (p. 35).

Podemos ver este punto en la novela, donde se muestra que el escritor permanece indiferente a la presencia de la mujer que lo ama, ignorando incluso la existencia de su hijo. Para él, ella no es más que una figura fugaz, lo que refuerza la estructura de poder y desigual en la que el amado disfruta del amor sin comprometerse.

Freud (1921), compara el enamoramiento con la hipnosis, ya que ambos estados implican sumisión y pérdida de iniciativa. En este sentido, el amante cae en una relación de autoanulación, mientras que el amado sigue su vida sin alteraciones.

Navarro (2018) retoma a Lacan para explicar la dinámica cambiante entre el amante y el amado. En algunos casos, el amante puede transformarse en el amado cuando el objeto de deseo invierte su posición y comienza a buscarlo. Navarro menciona el caso de Aquiles y Patroclo: "Por un giro del destino, el amante se convierte en el amado y el que antes era amado se vuelve el amante. Aquiles, quien inicialmente era el amado de Patroclo, al perderlo, se convierte en el amante y le ofrece su vida como prueba de amor"​. "​. (p. 36).

Este fenómeno se observa en la obra de Zweig cuando la protagonista, al final de su vida, deja su última carta al escritor, esperando que esta inversión de roles lo conmueva. En la novela el amado (el escritor) no asume la posición del amante, perpetuando la tragedia de un amor no correspondido.

 

Idealización y amor imaginario

 

Desde la perspectiva psicoanalítica, el amor obsesivo que la protagonista siente por el escritor es un ejemplo claro de idealización, una de las características del amor narcisista. Según Lacan, en la dimensión imaginaria del amor, el sujeto idealiza al objeto amado, proyectando sobre él rasgos que en realidad no posee​. La desconocida convierte al escritor en un ser casi divino, inalcanzable e incuestionable, como lo demuestra cuando afirma: "Desde que tuve uso de razón, te amé con un amor inconmovible, inmortal" (Zweig, 1922).

Esta idealización coincide con lo que Navarro describe sobre el amor imaginario: "Los sujetos enamorados dan cuenta de estos efectos cuando dicen: ‘Somos tan iguales’, ‘Nos gusta lo mismo’, ‘Nos complementamos a la perfección’. Bajo el influyo de esta pasión, cada uno de los amantes busca convertirse en el ideal del otro y no se escatiman esfuerzos para hacer sentir bien a la pareja”​. (p. 52).

En este caso, la protagonista no solo idealiza al escritor, sino que también se anula a sí misma en el proceso, sacrificando su identidad y bienestar en nombre del amor.

Freud (1915) señaló que en el amor el sujeto deposita su falta en el otro, esperando recibir lo mismo a cambio. Sin embargo, en el caso de la protagonista de Zweig, la relación es asimétrica: ella da, pero no recibe, sometiéndose por completo al escritor, manteniendo su amor en secreto y sacrificando incluso su maternidad para no interferir en su vida. Su devoción extrema recuerda el concepto freudiano de "subordinación narcisista", donde el sujeto pierde su autoestima y autonomía en favor del otro: "Cuando se está muy enamorado o cuando hay mucha dependencia del objeto amado, hay tanta energía libidinal concentrada en el otro que disminuye extraordinariamente el sentimiento de auto-valoración o autoestima"​.

Navarro señala que el amor y el sufrimiento están intrínsecamente ligados, ya que el amor apasionado suele estar marcado por la idealización y la posterior frustración cuando el objeto amado no responde como se espera​. Podemos ver que la protagonista sufre al darse cuenta de que el escritor nunca la recuerda, lo que la sume en una angustia que la lleva incluso a la enfermedad y la muerte.

Freud (1921) también habla de la ambivalencia amor-odio en su Psicología de las masas y análisis del yo, y Lacan la retoma en su concepto de “odio-enamoramiento”, señalando que la imposibilidad de alcanzar al otro puede llevar a una mezcla de deseo y resentimiento​. La protagonista no odia al escritor, pero su sufrimiento extremo muestra cómo el amor puede convertirse en una experiencia destructiva cuando es unilateral y obsesivo.

La protagonista muere consumida por la pena, lo que resuena con la idea de Navarro sobre el amor como un estrago cuando la relación amorosa se vuelve asimétrica y destructiva. Lacan menciona que, en algunos casos, el amor puede convertirse en un síntoma, es decir, en algo que estructura la subjetividad del sujeto, pero también puede llevar a la devastación​.

El final de la historia refleja esta destrucción, pues la protagonista se desvanece en la nada, mientras que el escritor ni siquiera la recuerda. Esto evidencia la tragedia de un amor basado en la ilusión.

 La obsesión romántica

 La obsesión romántica ha sido un fenómeno recurrente en la literatura y la psicología, reflejando la intensidad del deseo, la idealización del otro y la pérdida de límites entre el yo y el objeto de amor. Desde el psicoanálisis, Freud (1914) introduce el concepto de la "elección de objeto narcisista", en la que el individuo proyecta en el amado sus propias carencias y anhelos, transformándolo en un ser idealizado. Esta dinámica es evidente en la novela de Zweig, donde la protagonista, atrapada en un amor no correspondido, escribe: "Desde que te vi por primera vez, ya no tuve más voluntad propia; tú fuiste para mí la luz y la vida, y todo lo demás se volvió sombra" (Zweig, 1922/2004, p. 18). Esta cita ilustra la anulación del yo en favor de un objeto amoroso que se convierte en el centro de la existencia.

Melanie Klein (1940/1975) desarrolla la idea de la posición esquizoparanoide y depresiva, donde el objeto de amor es escindido entre un ser absolutamente bueno o malvado. La protagonista encarna esta fijación al sostener un amor inquebrantable, incapaz de integrar la indiferencia del amado: "Nunca supe si me habías visto, pero para mí, tú lo eras todo" (Zweig, 1922/2004, p. 25). En esta perspectiva, el sujeto no reconoce la ambivalencia del otro y mantiene una fantasía unidimensional de entrega total.

Navarro (2018) sostiene que "el enamorado idealiza a su objeto de amor hasta convertirlo en una figura sublime e inalcanzable, lo que inevitablemente conlleva una decepción" (p. 63). En la novela esta idealización se hace evidente en la manera en que la protagonista construye una imagen del amado que no corresponde con la realidad. Ella misma reconoce su entrega incondicional y la falta de reciprocidad: "He vivido solo para ti, sin que nunca me reconocieras" (Zweig, 1922/2004, p. 30).

Navarro (2018) menciona que "cuando el amor se transforma en un estrago, la identidad del sujeto queda absorbida por el deseo del otro" (p. 102). En la obra de Zweig, la protagonista exhibe estos síntomas al describir cómo su amor persiste a lo largo del tiempo, sin importar la indiferencia de su amado.

John Bowlby (1969/1982) plantea que los estilos de apego juegan un papel crucial en las relaciones románticas. Un apego ansioso, caracterizado por miedo al abandono y dependencia extrema, es evidente en la protagonista, quien confiesa: "Cada día esperaba verte pasar, aunque supiera que no me mirarías" (Zweig, 1922/2004, p. 22). Navarro (2018) refuerza esta idea al señalar que "el miedo a perder al otro puede llevar a una sumisión absoluta, incluso cuando la relación es completamente unilateral" (p. 89).

 

Idealización adolescente y el peligro del amor hacia un adulto

 

La adolescencia es una etapa de reorganización pulsional en la que el sujeto se encuentra en un proceso de construcción subjetiva, redefiniendo su identidad y la forma en que se relaciona con los otros. Este proceso implica una vulnerabilidad emocional que puede llevar a los adolescentes a idealizar figuras adultas, como ocurre en la novela, donde la protagonista desarrolla un amor obsesivo hacia el escritor desde su adolescencia, lo que la lleva a depositar en él un valor absoluto, anulando su propia individualidad. Este fenómeno es explicado por Navarro (2018), quien sostiene que el adolescente, en su búsqueda de identificación, puede crear figuras de amor absoluto que sustituyan la ausencia de referentes claros en su entorno inmediato​.

Freud (1914) señaló que la idealización es un mecanismo mediante el cual el sujeto proyecta cualidades excepcionales en el objeto amado, generando una dependencia emocional. En el caso de los adolescentes, esta idealización puede ser más extrema debido a la inexperiencia afectiva y la necesidad de validación externa.

Navarro (2018) enfatiza que “cuando el amor adolescente se fija en una figura adulta, se produce una asimetría que puede llevar a la manipulación, la dependencia afectiva e incluso la vulnerabilidad emocional del menor​. La protagonista se entrega completamente al escritor, creyendo que su amor es suficiente para mantener la relación, pese a la indiferencia de él.

 

El peligro de la dependencia emocional y la erotización de la desigualdad


Como hemos visto la historia de Carta de una desconocida ilustra los peligros de la idealización adolescente en el amor. La protagonista, al enamorarse de un adulto, se expone a una relación donde su deseo es unilateral y donde la diferencia de poder la coloca en una posición vulnerable. Según Navarro (2018), “el amor en la adolescencia debe ser comprendido como un proceso de descubrimiento, no como una entrega total que anule la identidad del sujeto”​.

Desde el psicoanálisis, Freud y Lacan coinciden en que el enamoramiento es un fenómeno complejo en el que el sujeto proyecta sus propias carencias en el otro. En el caso de los adolescentes, este proceso puede ser aún más problemático si no se establecen límites adecuados.

La dependencia emocional en la adolescencia puede ser peligrosa, ya que el adolescente aún no ha desarrollado una identidad sólida ni herramientas para manejar el rechazo. Navarro (2018) señala que “el adolescente puede confundir el amor con la entrega total, creyendo que el sacrificio es una prueba de afecto”​.

En la novela de Zweig, la protagonista vive exclusivamente para el escritor, adaptando su vida a la posibilidad de volver a verlo, sin considerar su propio bienestar: "He vivido solo para ti, sin que nunca me reconocieras" (Zweig, 1922).

Desde la perspectiva del apego, Bowlby (1982) describe cómo los adolescentes con un apego ansioso tienden a establecer relaciones donde dependen excesivamente del otro, lo que puede llevarlos a estados depresivos cuando el amor no es correspondido. El amor entre un adolescente y un adulto no solo es problemático por la diferencia de poder, sino también por la forma en que puede generar relaciones desequilibradas. Navarro (2018) advierte que el adolescente, en su afán de ser aceptado por el otro, puede consentir dinámicas afectivas y sexuales que no comprende en su totalidad, lo que lo expone a una experiencia amorosa dañina​.

La protagonista no solo idealiza al escritor, sino que se somete completamente a su deseo sin exigir ningún tipo de reconocimiento o reciprocidad. Este patrón es común en relaciones donde un adulto ejerce influencia sobre un adolescente, quien no tiene la madurez para reconocer las dinámicas de poder.

 Conclusión

 La historia de Carta de una desconocida de Stefan Zweig ilustra cómo el amor unilateral, basado en la idealización extrema, puede conducir al sufrimiento y la pérdida de identidad. La protagonista vive atrapada en una fantasía en la que deposita todo su ser en un hombre que ni siquiera la recuerda, lo que pone en duda si realmente se puede amar a alguien que nunca nos ha visto en nuestra totalidad. Más que un amor genuino, este tipo de vínculo es una construcción subjetiva que impide el desarrollo de una relación real y recíproca.

Cuando un adolescente se enamora de un adulto, la diferencia de madurez emocional y experiencia puede generar una dinámica de desigualdad peligrosa. La falta de reconocimiento por parte del adulto no solo refuerza la idealización, sino que también expone al joven a una relación marcada por la dependencia emocional y la vulnerabilidad. La protagonista de la novela refleja este peligro, al someter su vida y su felicidad a la indiferencia de un hombre que nunca la ha considerado verdaderamente.

Comprender los riesgos de un amor basado en la idealización permite cuestionar las dinámicas de relaciones desequilibradas y fomentar vínculos más saludables. El amor auténtico no puede sustentarse en la ilusión ni en la entrega absoluta sin reciprocidad. Para evitar el sufrimiento prolongado, es esencial reconocer que el amor debe construirse sobre la base del reconocimiento mutuo, el respeto y el equilibrio emocional.

 

Referencias

 

Bowlby, J. (1982). Attachment and loss: Vol. 1. Attachment (2nd ed.). Basic Books. (Trabajo original publicado en 1969).

Freud, S. (1992). Introducción al narcisismo. Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1914).

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. Editorial Amorrortu.

Klein, M. (1975). Envidia y gratitud y otros trabajos 1946-1963. Paidós. (Trabajo original publicado en 1940).

Lacan, J. (1966). Escritos II. Editorial Siglo XXI.

Navarro, G. A. (2018). Amor: De la ilusión al estrago. Universidad Privada Domingo Savio.

Zweig, S. (2004). Carta de una desconocida. Acantilado. (Trabajo original publicado en 1922).

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